Las computadoras ya están tan instaladas que hasta mi hermana las usa!

Mi hermana es abogada y escribana, y cuando iba al liceo era flor de traga. Si no tenia nada para leer igual se ponía a leer el diccionario. Sabe de dinastías (no la de Joan Collins), de monarquías, y de todo tipo de historia que raye el chismerío. Sabe de países y de ex-países. Sabe de filósofos de todos los tiempos. De lo que si no sabe es de cualquier cosa que tenga números y estos no vayan de a cuatro indicando años. Ni de cualquier otra cosa que tenga botones. Eso incluye las computadoras, pero tampoco es que sea grave, de la misma forma que yo la llamo si quiero saber si Isabel la católica venía antes que Carlos V (no es que este tipo de dudas me asalten muy seguido tampoco...), ella me llama para preguntarme si será que el monitor no le prende sólo porque lo tiene desenchufado o si será algún virus... El problema aquí es que ya antes de llamarme, se convenció que era un virus, y por más que yo no he ido por su casa en la última semana, el virus seguro que fue culpa mía!

Así he tenido que explicarle que no es que un virus se haya comido tal programa, sino que por algún motivo borró el acceso directo que tenía en el escritorio, y que no fui yo la que se lo borró.

Pero ella le pone garra, ella tiene clarísimo que hoy por hoy, lo precisa para su laburo. Y hasta empieza a sentirse cómoda...
Pero es que la tecnología se las agarra con ella, justo cuando había aprendido a utilizar perfectamente los diskettes, resulta que aparecen los:
Ella: Tenés que averiguarme para que me compre uno de esos "cositoschiquitos que van enchufados al agujeritorectangulareste"
Yo: ¿Cuales?
Ella: Esos, los "drypen"

Y yo me pregunto: ¿Para qué querrá conectar una fibra a la computadora? ¿Será que quiere cambiar el color del texto? ¿Querrá retocar la foto que tiene en el escritorio?

Cuando nos pusimos de acuerdo en qué quería, se compró un pen-drive.