- Estas están buenísimas, María Selva tiene de estas y me dijo que eran re cómodas.
- Naaa, yo prefiero estas que son iguales a las que tenemos.
- Bueno, vos comprate otro par de esas que yo me compro de estas.
- Ta, pero después te las bancás eh? Porque tampoco vamos a comprar de vuelta!

Ahora cada vez que me quiero poner las mías, tengo que ponerme las de ella, ir hasta donde esté, y pedirle que me devuelva las mías.
Al final siempre me tengo que poner las chinelas calentitas.